Uro en hueso perforado

Uro en hueso perforado

La Garma, Galería Inferior, Cantabria, España

Hueso
Longitud: 8 cm
Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria
GI-1001

La representación del uro que se muestra en este colgante es una obra maestra. La imagen se plasma a lo largo del espacio cilíndrico que conforma el contorno de un hueso perforado de la pezuña de un bóvido. Los uros eran un tipo de bóvido salvaje que se extinguió en el siglo XVII d. de C. Se distinguen por sus característicos cuernos, inclinados hacia adelante y curvados. Las representaciones de uros son bien conocidas, pero más escasas en las pinturas rupestres que las de bisontes, y lo mismo cabe decir con respecto a su frecuencia en el arte mobiliar. Esta imagen es técnica y conceptualmente excepcional.

La estrecha y huesuda longitud del lomo por encima de las amplias faldas se ha resaltado mediantes líneas en bajorrelieve conseguidas grabando por encima y por debajo del surco previsto. Esta técnica se ha utilizado en todo el cuerpo, la cabeza, los orificios nasales y la boca, pero no en las patas, que simplemente aparecen grabadas mediante líneas incisas y terminan por encima de las pezuñas, que no están representadas. El animal es un macho bien proporcionado, dibujado a escala, que encaja a la perfección en el espacio cilíndrico. Se ha utilizado la curvatura natural del hueso para ilustrar la cara y hacer hincapié en la característica curva hacia adelante de los cuernos. El animal está de pie, pero alerta, con las orejas erguidas. La cara, el pecho y las faldas están ligeramente sombreados con incisiones diagonales para mostrar sus contornos y textura.

En el lado del animal, por encima del pelaje abdominal, se aprecia una flecha dispuesta en diagonal. Tales signos suelen interpretarse como lanzas, pero dado que el animal no parece angustiado, sería más adecuado interpretarlos como una rúbrica humana de significado incierto. La extraña marca incisa debajo del pecho del uro puede ser una cabeza similar a la de los humanos, con una barba puntiaguda y unos puntos que representan los ojos y la nariz. Se desconoce si esto estaba destinado a representar a un verdadero cazador al acecho o a un ser sobrenatural. La perforación en el hueso permitía colgar la pieza con la imagen al revés, de modo que, para verla correctamente, quien llevara el colgante debería sujetarlo en la posición adecuada. ¿Se trataba este magnífico macho de un tótem, o tal vez era el asistente espiritual de un chamán?

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