Colgante único en forma de figura femenina abstracta

Colgante en forma de figura femenina abstracta

El Pendo, Cantabria, España

Asta
Altura: 6,44 cm
Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, Santander
1740

El contorno de este colgante en forma de pera sugiere la forma de una figura femenina, quizá representada con caderas bamboleantes y brazos alzados como si se tratase de una bailarina. Los detalles anatómicos de la figura han sido absorbidos en su forma abstracta, por lo que no se muestran senos ni las partes pudendas son evidentes. Las piernas no se diferencian, pero el contorno de la perforación puede reflejar unos brazos levantados. Las únicas marcas en el cuerpo forman un conjunto de incisiones diagonales realizadas a lo largo de una línea en el lado derecho de la parte delantera del cuerpo, desde la cadera hasta el muslo.

Cuando se encontró por primera vez en 19xx, se consideró que la pieza formaba parte de un bastón, pero es demasiado pequeña para eso, por lo que probablemente se trate de un colgante. Su forma elegante es excepcional y puede incluirse entre el tipo de representaciones femeninas que comenzaron a aparecer hace aproximadamente 18.000 años, todas ellas mucho más abstractas que las esculturas anteriores, que representan cuerpos maternos más realistas. Las figuras posteriores sintetizan la feminidad y el potencial sexual con gran sencillez. Sus posturas a menudo sugieren que están bailando y han llevado a algunos críticos a sugerir que reflejan ceremonias y la importancia social de las mujeres en las sociedades de la última Edad de Hielo.

La simplicidad de formas observada en este tipo de figuras invita al cerebro del observador a completar, a imaginar y a guiarse por las claves mentales de la imagen que son significativas para su creador, para la persona que la llevara y tal vez para un entorno social más amplio. Como tal, es una presentación intelectual de la forma similar, desde un punto de vista conceptual, a las deliciosas abstracciones de algunos artistas modernos, como la que podemos apreciar en el Nu mi-allongé de Henri Matisse.

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