Cabezas de caballo con un ciervo
Gruta de Courbet, Penne-Tarn, Francia
Hueso
Longitud: 15,1 cm
The British Museum, Londres
Palart.508
Ambas caras de esta costilla de caballo con roturas antiguas en cada extremo están grabadas con cabezas de animales. Una de las caras presenta dos caballos mirando hacia la izquierda y, en el extremo opuesto, una cabeza de ciervo más pequeña, mirando hacia la derecha y colocada en perspectiva más allá de los caballos. La cara opuesta contiene una fila de tres cabezas equinas mirando hacia la izquierda. Las cabezas levantadas y las orejas inclinadas hacia atrás son un indicio de que los caballos están asustados: se muestran empujándose entre sí, uno detrás del otro, tal y como hacen los caballos salvajes cuando huyen del peligro. La falta de espacio alrededor de los animales, cuyas cabezas llenan toda el área de la superficie del hueso, realza la intensidad del momento. Al hacer que la composición ocupe todo el espacio, el artista comunica el pánico y la agrupación de la manada galopante.
La técnica de dibujo acentúa aún más esta sensación. En todos los casos, solo las líneas superiores del rostro, la nariz y la boca son continuas; la crin y la línea del cuello se han conseguido grabando numerosas líneas oblicuas que insinúan o marcan la forma en lugar de definirla. La combinación de líneas y marcas añade realismo y transmite la textura y el movimiento de las crines, copetes y barbas de los caballos que les cubren el cuello y las mandíbulas; una tarea delicada y sofisticada que capta la esencia de los animales vivos, puesto que expresa su movimiento. La técnica consistente en combinar líneas y marcas, rara vez observada en el arte mueble grabado, nos recuerda a las imágenes rupestres en que se frota o emborrona una línea continua inicial para eliminar un borde nítido. A menudo, esta matización provoca que tanto el interior como los alrededores de las hendiduras y salientes de la roca queden impregnados de color, por lo que la forma de estas irregularidades se incorpora en el dibujo, confiriendo a los animales un aspecto más realista e integrándolos en su entorno natural, en la naturaleza. El tamaño, la variedad y la colocación de los animales en el grupo de las tres cabezas también transmiten realismo. La más corta y convexa, a la izquierda, puede representar un potro entre un semental y una yegua, reflejando la tendencia de los caballos adultos de tratar de proteger a sus crías manteniéndolas en el interior de la manada, donde son menos vulnerables en caso de peligro. Se desconoce el significado de la cabeza pequeña mirando en la dirección opuesta.
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